Reseña crítica: Balian, un joven herrero francés (Orlando Bloom), trabaja pacíficamente en su pueblucho luego de la muerte de su esposa a manos de la plaga. Un día es visitado por un caballero (Liam Neeson) que le revela ser su padre ilegítimo y le ofrece sus disculpas. El joven sufre algunas complicaciones y se ve obligado a unirse a las huestes de su padre. El devenir de la época llevará al grupo al Cercano Oriente, donde hace más de cien años cristianos y musulmanes se debaten por el dominio de la Tierra Santa. El motivo es menos religioso que práctico: "un hombre que en Francia no tiene techo, en Tierra Santa puede ser amo de una ciudad." La llegada de Balian a Jerusalén nos recuerda la de Judah Ben-Hur a Roma, luego de sobrevivir a las inclemencias del mar, y midiéndose con un musulmán a quien perdona la vida (personaje que más tarde, obviamente, tendrá cierta importancia). La ciudad es regida por Balduino (Edward Norton), el Rey Leproso, que alguna vez derrotara a Saladino (Ghassan Massoud), pero que ahora trata de conservar una tregua que a cada momento parecería quebrarse, especialmente por las actividades de los Templarios y de Guy de Lusignac (Marton Csokas), quienes conforman el ala extremista de las fuerzas armadas cristianas. La situación se hace insostenible, especialmente cuando, al morir Balduino, toma el poder Guy, cuya esposa Sibylla (Eva Green) está enamorada de nuestro joven Balian. La trama, bastante cercana a los fascinantes hechos históricos del Reino Cristiano de Jerusalén (que fue uno de varios principados fundados durante las Cruzadas), sigue un esquema muy similar a otra película de Ridley Scott: GLADIATOR (2000), con un personaje imaginario rotando entre varios personajes históricos. La historia está bien cuidada y nunca es pretexto para las escenas de acción; la lógica de los personajes y sus diálogos, bien llevados; las escenas de acción (impactantes, por cierto), nunca llegan a ser oasis dentro de la película, como sí pasa, en cambio, en ALEXANDER (Alejandro Magno-2005) de Oliver Stone; las figuras épicas de Balduino y de Saladino, dos caballerosos adversarios con sus propios códigos, son acertadas y dignas. La película no se enfoca demasiado en el perenne tema de la inestabilidad política de la región como para hacer olvidar ciertas dificultades interpretativas en el protagónico principal, pero el concepto básico es claro: cristianos y moros luchan por motivos religiosos, pero la cúpula de las fuerzas cristianas no persiguen otro fin que el de la ambición personal y las ansias de poder. En ese sentido, el filme se ensaña un poco con el personaje del obispo de Jerusalén (Michael Sheen) - es notable como también pasa lo mismo con el filme KING ARTHUR (Rey Arturo-2004) de Antoine Fucqua... ¿Será síntoma de que se intenta poner en tela de juicio el rol de la Iglesia en tales épocas? ¿O bien esto intenta hacer eco de las críticas que los propios cristianos hacen de la Iglesia en la actualidad? Visto entonces desde cualquier punto de vista, la película es acertadamente imparcial, y trata de plasmar la conflagración desde el lado humano. Y siendo el tema las Cruzadas, no podía dejar de lado la crítica al Cristianismo. El desafío en todo esto será, pués, ampliarla y convertirla en autocrítica hacia Occidente todo, que es sinónimo de lo Cristiano. [Cinefania.com]
Calificación Cinefania.com: